“El Imperio Conquistado” – Por Santiago Roque Alonso

(Versión en Castellano y en Inglés) Patria Argentina Nº 222, Buenos Aires 11 de Mayo 2006; Pág. 7 – Ver nota completa en formato .pdf

El silencio como forma de censura

A mediados de marzo pasado, los profesores norteamericanos John Mearsheimer y Stephen Walt dieron a conocer un trabajo académico de su autoría titulado “El lobby de Israel y la política exterior de los Estados Unidos” (The Israel Lobby and U.S. Foreign Policy), el cual reproducimos en sus conceptos fundamentales en el Boletín del CCP Nro 116, agregado a la presente edición.

El documento ha sido sistemáticamente ignorado por la prensa del Régimen en la Argentina, lo que indica que de hecho se ha llevado a cabo una operación de censura, a excepción de la única nota que he encontrado hasta el momento, cuyo autor es el escritor Juan Gelman (“No todo lo idéntico es igual”) y que a mi entender es inexplicable que lo haya publicado Página 12 (27 de marzo ppdo.), debido a su confirmada tendencia sionista y porque Gelman no se suma a la crítica, sino más bien transcribe pasajes del trabajo considerados urticantes por las organizaciones judías. Creo – sin que ello implique jactancia alguna- que gran parte de los que en el país tomaron conocimiento del mencionado trabajo, lo hicieron a través de los correos electrónicos que emitieron los Centros Cívicos Patrióticos informando anticipadamente de su reunión mensual para el 11 de abril pasado, en la que se preveía comentarlo, además de los luego se enviaron con el igual objeto, teniendo en vista la disertación que debía realizar en la ciudad de Córdoba sobre el mismo tema, el 20 del mismo mes.

En los Estados Unidos, en el supuesto reino de la democracia y de la libertad de opinión, el tratamiento tampoco fue muy diferente. Su difusión se redujo a su colocación en el sitio oficial de Internet de la Universidad de Harvard, por iniciativa de ambos profesores y por tratarse de un trabajo académico. Por lo demás, fue ampliamente y voluntariamente desconocido por la prensa, salvo cuando se publicaron artículos que descalificaban a los autores y a sus razonamientos, además de asignarles la categoría de “antisemitas”, ya sea que fueran originados por miembros de la Liga Atidifamación de la logia masónica B’nai Brith o por los voceros de las más importantes organizaciones afines al Estado de Israel y neo-conservadoras.

Mearsheimer y Walt no fueron sorprendidos por esa actitud, ya que ellos mismos lo anticipan en el estudio, cuando al describir la “manipulación de los medios” por el Lobby sentencian: “Es difícil imaginar que cualquier publicación, de los medios dominantes en los Estados Unidos, edite un trabajo como éste.”

Una cuestión decisiva

El problema con el referido documento radica en que difunde conceptos críticos y realiza significativos cuestionamientos a la influencia decisiva que tiene el Lobby de Israel en el diseño de la política norteamericana, efectuados desde una perspectiva académica y con seriedad científica y dentro de un ámbito de iguales características. Con un total de 82 páginas – 40 de desarrollo y 42 de referencias- se colocan al desnudo las estructuras de poder, los medios y los procedimientos que utiliza el amplio espectro de organizaciones pro-israelíes para orientar la política exterior norteamericana, en la dirección que permita satisfacer los intereses del Estado de Israel. Al mismo tiempo, pone al descubierto los diversos mecanismos con que el Lobby condiciona la opinión pública norteamericana, para que no interfiera y se mantenga alineada con sus objetivos, para lo cual neutralizan, simultáneamente, las voces que se opongan y se manifiesten críticas a esa dominación silenciosa e inadvertida.

En síntesis, los autores han lanzado su estudio para que se abra el ebate en los Estados Unidos sobre la cuestión del Lobby de Israel, cuestión que precisamente éste no lo quiere hacer y pretende seguir manteniéndolo en el silencio y desconocido para la masa de la población norteamericana.

¿Mearsheimer y Walt han descubierto algo nuevo? No. Todo lo que ellos exponen ya es conocido y viene siendo denunciado desde hace décadas en el más absoluto aislamiento y soledad, por uno u otro autor o por grupos de patriotas y nacionalistas norteamericanos, a través de una multitud de pequeñas publicaciones gráficas, radiales y televisivas, todas de alcance local y tirada restringida.

Por ejemplo, en la publicación norteamericana The Nation, el periodista Michael Massing en su artículo “The Israel Lobby” (10 de junio de 2002), denuncia brevemente y en tres carillas la existencia real del mencionado Lobby. Su línea argumental es idéntica a la que cuatro años más tarde saldría a la luz con la firma de Mearsheimer y Walt. Paradójicamente Massing, en su último párrafo – refiriéndose a la influencia que ejercen las organizaciones más poderosas que integran el Lobby de Israel- se pregunta: ¿no es tiempo de que éstas fueran expuestas a la luz del día?

Precisamente, eso es lo que acaban de hacer estos dos autores en un acto realmente valioso y ejemplar, porque han “expuesto a la luz del día” la existencia de un poder omnipresente, concreto y real que determina y condiciona la vida del pueblo norteamericano y al cual nadie quiere reconocerle entidad, por temor, por miedo, por terror. Su mérito radica, principalmente, en que:

−       Reúne y sistematiza, con abundante fundamentación y en un solo documento, las más importantes ponencias críticas respecto a este estado de cosas que es considerado inaceptable y lesivo para los reales intereses norteamericanos.

−     Sustrae dicho tema de la influencia política-ideológica que muchas veces se degrada por la práctica panfletaria y de escaso nivel intelectual- y elevarlo a la categoría de un documento académico para que sea debatido en ese ámbito científico.

−      Como consecuencia de los aspectos anteriores, aleja la cuestión del Lobby de Israel de la consabida discusión religiosa y racial – de donde no se permita que salga- para llevarla al campo de la racionalidad política. De este modo, por un lado se elude lastimar la extrema sensibilidad de la comunidad judía respeto a las “persecuciones y a la discriminación” y, por el otro, se evita la descalificación ideológica y moral o con el simple mote despectivo de “conspirativo”, “antisemita” o “nazi-fascista” de aquellos que, con fundadas razones, son críticos del Lobby y del Estado de Israel.

Lo que resulta inaceptable para el Lobby de Israel, es que se ponga en discusión la posesión del  arsenal nuclear por parte de la nación judía, y que ésta pueda ser obligada a colocarse en un pie de igualdad con el resto de los países del mundo, sometidos a un estricto control para evitar la proliferación de armas nucleares. Precisamente, ese es otro de los aspectos sensibles que Mearsheimer y Walt exponen a la luz del día y que estimo resulta de vital importancia en estos momentos en los que se habla de una guerra contra Irán, por las mismas razones que el Estado de Israel ha logrado eludir sistemáticamente hasta ahora.

En otras palabras, los dos profesores norteamericanos rompieron el “tabú” de que personas respetables, prestigiosas y de jerarquía intelectual, hablaran en público sobre la agenda pro-israelí de los neo-conservadores y del rol decisivo que juega en eso el Lobby de Israel.

El ataque y la descalificación de los autores

El grado de importancia y seriedad del estudio de Mearsheimer y Walt está dado por los antecedentes personales de excelencia académica de ambos autores. Además de numerosos libros, anteriormente habían publicado el artículo “Una guerra innecesaria” en la revista Foreign Policy (Enero-Febrero de 2003), donde expresan una visión muy crítica de las causas que se argumentaban para ir a la guerra, a través de un ataque preventivo contra Irak.

John Mearsheimer es profesor de ciencia política y co-director del Programa de Política de Seguridad Internacional en la Universidad de Chicago. Stephen M. Walt es decano académico y profesor en la Facultad Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard. Ambos son miembros de la Coalición para una Política Exterior Realista y son calificados como “realistas”. Los autores no son skinheads neo-nazis ni “antisemitas”. Ahora bien, resulta paradójico, como lo informa en unos de sus últimos artículos un conocido de nuestras páginas, Henry Makow, quien sostiene que Mearsheimer y Walt son de origen judío (Henry Makow: “How the Elite Plays God”; 8 de abril; http://www.savethemales.ca/001487.html).

Por su parte, el Lobby de Israel y sus partidarios han reaccionado con ferocidad contra ambos profesores. Inmediatamente de publicado el documento lograron que las autoridades de Harvard les quitaran de la tapa los “logos” de la Universidad, que tradicionalmente se colocan en todos los trabajos académicos. Simultáneamente, obligaron a que la Universidad insertara aclaraciones detalladas y mucho más extensas y visibles que las usadas rutinariamente, en las que se expresaban que el trabajo en cuestión no representaba la opinión de la institución y que eran posiciones absolutamente personales de los autores. A los pocos días el profesor Walt debió renunciar a su puesto de decano académico de la Facultad John F. Kenenedy de Gobierno, como consecuencia de las presiones que ejercieron donantes partidarios del Lobby de Israel y que se manifestaron afectados por el documento publicado.

Walt comentó al periodista Robert Fisk, un tanto jocosamente, que aprovecharía para tomarse un año sabático Inicialmente el trabajo tendría que haber sido publicado en el The Atlantic Monthly, pero sus editores se volvieron repentinamente temerosos y como consecuencia de ello fue reimpreso en el London Review of Books (Inglaterra), en forma abreviada (18 páginas), con la aceptación de los autores, que prefirieron eso antes que permaneciera totalmente desconocido (http://www.Irb.co.uk).

Disimulando o ignorando la realidad

Frente a esta campaña y una vez que el lector lea la síntesis que le frecemos en el Boletín del CCP – que por lo que hasta ahora sabemos pareciera que somos los segundos en el mundo en publicar una compilación de sus conceptos más relevante- es muy probable que coincida con nuestra opinión, en cuanto a que los profesores Mearsheimer y Walt no han exagerado en nada el poder y la influencia que ejerce el Lobby de Israel en la vida política norteamericana.

En este punto, cabe tomar como propia la pregunta que se hace el periodista Robert Fisk – que escribe para el Independent de Inglaterra (28 de abril de 2006)- al titular uno de sus artículos: ¿Los Estados Unidos de Israel?

Si bien Fisk no profundiza ni desarrolla su duda, me pregunto en qué medida se trata de un interrogante o de una sugerente descripción de lo que constituye un hecho concreto de la realidad actual.

Es decir: ¿hasta qué punto los Estados Unidos no son ya un “Imperio Conquistado” por el Lobby de Israel?

En este punto no puedo dejar de recordar el libro que escribiera Norberto Ceresole en 1998: “La conquista del Imperio Americano” (Ediciones Al-Andalus; Madrid). Aunque él no desarrolló el tema en el sentido con que lo hacen los dos profesores norteamericanos, su título y la ilustración de la tapa que se reproduce en esta página – que la ofrezco como un homenaje a su memoria- encierran intuitivamente un misterioso y fuerte mensaje que avizora el futuro, como si se tratase de una profecía.

No estamos hablando de visiones, don que no poseemos, sino de hechos muy concretos y documentados.

Mearsheimer y Walt no mienten ni han fabulado contra el Estado ni el Lobby de Israel.

Lo que ellos sostienen lo confesó el mismísimo Ariel Sharon, cuando el 3 de octubre de 2001 expresó ante algunos miembros del Keneset: “Cada vez que hacemos algo, se nos dice que los EE.UU. van a responder así o asá… yo quiero aclarar, que no deben inquietarse por las presiones americanas sobre Israel. Nosotros, el pueblo judío, controlamos a América y los americanos lo saben” (Ratier, Emmanuel; “Una camarilla sionista detrás de la política norteamericana en Medio Oriente”; Patria Argentina, junio de 2002, Pág. 7).

En mi opinión, lo que ambos profesores desarrollan sobre el Lobby de Israel, es un reconocimiento tardío de lo que es una realidad mucho más grave. Personalmente, no puedo dejar de coincidir con la afirmación de Sharon y con el estudio de los profesores Mearsheimer y Walt, pero al integrar éstos y otros numerosos antecedentes, no puedo dejar de concluir respecto a lo que es un dato incuestionable de la realidad: el Lobby de Israel, realmente controla los Estados Unidos y a los norteamericanos y Norteamérica es un Imperio, para mal de los ciudadanos estadounidenses, que ha sido inadvertidamente conquistado.

Finalmente, los lectores saben que todo lo que publicamos en Patria Argentina tiene por objeto no sólo informar sino también inducir a la reflexión, y que el producto de esa reflexión se aplique y sirva a nuestro interés nacional y a los fines de Reconquistar nuestra Independencia perdida. Frente a este caso, aprecio que en nuestra reflexión los argentinos, por lo menos, deberíamos preguntarnos: Y por casa ¿cómo andamos?

 Se recomienda la lectura de:
“El lobby de Israel y la política exterior de los Estados Unidos” (The Israel Lobby and U.S. Foreign Policy) Por John Mearsheimer y Stephen Walt Compilación y traducción del inglés realizada por Santiago Roque Alonso de una síntesis de la obra que en su versión original comprende 82 páginas A4.  Publicado en el Boletín CCP Nº 116, suplemento correspondiente a la edición de Patria Argentina del 11 de mayo de 2006
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