Patria Argentina a 33 años de la derrota de Malvinas y la condicionada esperanza de que ¡Volveremos!

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Santiago Roque Alonso – Director

Es muy bueno y elogioso recordar permanentemente a nuestros muertos y honrar a los ex combatientes de la derrota nacional de Malvinas.

Sin embargo, de nada valen los cientos de actos, arengas, homenajes y la exhibición de decenas de audiovisuales, sino se reconocen activamente las causas que la originaron y no se superan las graves consecuencias de la derrota, que no son otras que la resignación, la postración inmovilizadora y la agudización de la decadencia nacional que sufrimos desde hace décadas.

No obstante, es necesario advertir que, sin una clara conciencia, sin voluntad de cambiar y sin hechos que rectifiquen dicha situación, los actos y discursos se transforman en un puro ritualismo, en un simple formalismo rutinario vacío de contenido y sin trascendencia alguna.

Es imprescindible tener en cuenta cuáles fueron las verdaderas causas que condujeron a nuestra derrota en 1982, hace 33 años y la gravedad de sus consecuencias, algunas de las cuales Patria Argentina modestamente reitera todos los años desde hace más de una década, porque todavía son deudas pendientes:

  1. La derrota nacional de Malvinas, es consecuencia de una magistral operación de engaño” instrumentada a través de una trampa política-militar armada por el imperio anglo-norteamericano.
  2. Cuando se habla de “trampa” en el nivel político-estratégico, en nada se menoscaba la causa justa de “Malvinas”, ni el desempeño en combate de cuadros y tropas que enfrentaron a los enemigos de la Nación con hidalguía, dignidad y honor, haciendo todo lo que pudieron y algunos más, para obtener la victoria de las armas de la Patria. La derrota no ha sido responsabilidad de la conducción táctica, cualquiera sea su nivel y más allá de los errores que pudieron cometerse, sino de los que, en el más alto nivel, ejercieron la conducción de la guerra, antes, durante y después del conflicto.
  3. El punto de partida se basa en el criterio de que “No basta con conocer el pasado, porque cualquier estúpido puede conocerlo; sino que es necesario comprenderlo integralmente. Comprender siempre es muy difícil, pero una vez que se comprende la acción es fácil”. En este caso, se trata de “comprender” las decisiones y hechos políticos-estratégicos que indujeron el conflicto y las consecuencias lamentables de la derrota para el destino nacional. No hay ni habrá salida sin esa necesaria “comprensión” previa y elemental.
  4. El gobierno militar argentino y las autoridades de la Cancillería no están exentas de la responsabilidad de haber sido “engañados”, ya sea por su ignorancia e incompetencia o por no haber podido detectar y desconocer las especiales aptitudes de Estados Unidos y Gran Bretaña para las acciones pérfidas o, lo que es peor, por la eventual intervención de traidores argentinos en cualquiera de las causas mencionadas anteriormente (lo que no es una novedad en nuestra historia. Ver en el Boletín CCP Nº 206 de Patria Argentina que se anuncia más abajo, fragmentos del “Facundo” y la vergonzosa auto-confesión de Domingo F. Sarmiento respecto a la subordinación y alianza de los unitarios de Montevideo con los agresores anglo-franceses contra la Argentina en la guerra de 1845-1849). 
  5. No hay pruebas documentales del “engaño”, como es normal, pero si suficientes evidencias e inferencias que lo demuestran.
  6. Estados Unidos en lugar de ser un “favorecedor” de la causa Argentina como lo declamaba o un actor neutral, por el contrario, fue un aliado activo de Gran Bretaña, y desde el principio tomó la iniciativa de calificarnos como un “país agresor”,  habilitando y apoyando así la “solución militar inglesa”. Como lo señala acertadamente el Dr. Enrique Díaz Araujo, “por tal decisión estadounidense, y no por la Res. 502/82 de la ONU, es que el Reino Unido se sintió habilitado para proceder al ataque militar en Malvinas. Además, lo hizo fundando su alegato belicista en el Art. 51 de la Carta de la ONU, de la legítima defensa, inaplicable a esa altura de la situación, cuando correspondía invocar los arts. 41 y 42 de dicha Carta sobre medidas conjuntas”. Además facilitó a Inglaterra, desde antes del 2 de abril, un apoyo irrestricto de inteligencia, logístico y de equipamiento militar, hasta inclusive ofrecerle el portaviones USS Eisenhower.
  7. Las cúpulas militares nunca hubiesen corrido el riesgo de realizar la operación de Recuperar las Malvinas sin una señal de aprobación, un guiño o el visto bueno de los norteamericanos. Simplemente, se lo impedían su formación basada en razones culturales e ideológicas liberales - propias de su ignorancia de cómo funciona realmente el mundoy por su subordinación intelectual y admiración casi religiosa del estilo de vida estadounidense. En ese momento a nadie se le pasaba por la cabeza desafiar al poder anglo-norteamericano o a la OTAN.
  8. Los preparativos, disposiciones y planes para Recuperar las Malvinas no estuvieron destinados a librar una guerra, sino a mantener – después de unos pocos días de ocupación – una fuerza simbólica de 400/600 hombres con funciones casi policiales.
  9. El esquema político-diplomático previsto de “ocupar para después negociar”, era una típica receta de manual de las escuelas de guerra nacionales, impuesta por una mala creencia alentada y agravada por el “estilo pacifista-juridicista” de la diplomacia argentina – tan alejada de la “diplomacia armada” de Estanislao Zeballos - y por la errónea extrapolación de los conflictos mundiales posteriores a la II GM, en función de lo ocurrido en Medio Oriente en las guerras entre Israel y los países árabes. No se dieron cuenta que el Atlántico Sur no era el Medio Oriente, que Argentina no era Israel, ni que tampoco estaba en juego ningún objetivo de interés para el conflicto Este-Oeste, en el contexto de la Guerra Fría. Se trataba exclusivamente de un conflicto intra-occidental.

10. No se cumplieron ninguno de los supuestos políticos-militares previstos para Recuperar las Malvinas. Una vez develado el engaño, o conscientes de la mentira o fracaso del visto bueno o acuerdo o apoyo o paraguas norteamericano, se entró en una confrontación militar no prevista y para la cual las Fuerzas Armadas Argentinas no estaban absolutamente preparadas. A partir de ese punto, todo se improvisó y se tomaron las decisiones sobre la marcha, sin posibilidades de implementar ninguna otra alternativa política-estratégica. En ese contexto la derrota fue inevitable y los anglo-norteamericanos demostraron que tampoco nunca les interesó un empate.

11. Los objetivos de la derrota en Malvinas pueden sintetizarse en estos grandes agrupamientos conceptuales:

  • Consolidación de la “deuda externa” como un tributo de vasallaje permanente, eterno, a la usura y al imperialismo internacional del dinero (pese a las mentirosas afirmaciones de “desendeudamiento”); y eliminación de las posibilidades del desarrollo de un proyecto nacional independiente y soberano.
  • Desmantelamiento de la capacidad científica-técnica, particularmente en el área nuclear.
  • Triunfo de la nueva síntesis dialéctica entre la modalidad cultural izquierdo-progresista y la economía capitalista-usuraria, que es común tanto a la izquierda como a la derecha, dentro del Sistema o Régimen de dominación actualmente imperante.
  • Pérdida acelerada de la identidad nacional y cultural, así como el sentido de pertenencia nacional; instauración de una nueva sociedad, distinta y antagónica a la histórica y tradicional sociedad nacional argentina fundada en el respeto al orden natural y sobre la moral y la ética cristiana.
  • Creó “La felicidad de la democracia” (Canciller Guido Di Tella), porque “La democracia no habría llegado a la Argentina sino hubiera sido por el coraje y el sacrificio de nuestros bravos muchachos (los ingleses) (Ex ministro del Foreign Office David Steel).
  • Mientras los anglo-norteamericanos – con la derrota de Malvinas – desalojaron del poder a las Fuerzas Armadas , sus aliados (supuestamente enemigos) del proletariado “izquierdo-progresista”, unidos a la burguesía “liberal-masónica de las clases medias y rica”, promovieron la condena histórica, jurídica y moral e instrumentaron la persecución jurídica y política de miles de miembros de las FF.AA., de seguridad y policiales, con la excusa de la violación de los Derechos Humanos durante la guerra contra la subversión y el terrorismo marxista en los años 70.
  • Extinción de las Fuerzas Armadas Argentinas. A 32 años de la derrota de Malvinas, constituye a todas luces un hecho inocultable de la realidad que se ha consumado plenamente. En efecto: la Argentina esta indefensa, y la población Argentina desconoce absolutamente esta realidad, aunque participa mayoritariamente – por complicidad activa o pasiva o por ignorancia inadvertida – en este proceso de total “indefensión”. Suicidio ideológico de una población que cree poder sobrevivir sin Poder Militar como componente del Poder Nacional.
  • Destrucción en la conciencia nacional de los conceptos de orden, autoridad y disciplina social que justifican la existencia del Estado, precisamente porque se ha buscado promover la disolución social y del Estado para facilitar la eventual desintegración territorial de la Nación.

12. ¿A quién beneficia?: al viejo proyecto masónico-sinárquico de instaurar un Gobierno Mundial, con una multitud de estados débiles, pero con un único y fuerte poder central, tal como lo profetizó Nicholas Negroponte: “…la mayoría de los Estados nacionales de hoy es del tamaño equivocado. Para mediados del próximo siglo (2050), yo anticiparía un mundo con diez veces más países y una sola moneda” (La Nación, 30 de octubre de 1999).

13. El mundo vive una situación extremadamente peligrosa, razón por la cual es cada vez mayor la necesidad vital de conocer quién es el enemigo. Nadie puede combatir y triunfar sobre un enemigo no identificado o lo que es peor, descubrir tarde que el supuesto amigo es realmente un enemigo. El enemigo moderno se presenta normalmente como un lobo vestido de oveja, de ahí que el “engaño” es el gran velo que siempre oculta al enemigo no identificado o al falso amigo, interno y/o externo.

14. La derrota nacional de Malvinas revive, profundiza, actualiza y perfecciona las consecuencias de la derrota de Caseros en 1851 con vistas al Siglo XXI, del mismo modo que Caseros cumplió igual función respecto al Siglo XX. Ellas no son otras que el sometimiento y la conformidad con la dominación extranjera a través de la ficción de un engañoso sistema político, cultural y económico-financiero, el cual asegura la dependencia perpetua del país mediante la aceptación resignada de la pérdida total de su Poder Nacional, al mismo tiempo que se admite sumisamente la condición de mero vasallo y territorio de expoliación del Poder Internacional del Dinero.

15. ¿Se puede superar la actual situación de decadencia y sometimiento nacional respecto a la situación de Malvinas?

Sí, pero requiere la “insubordinación activa” al dominio que nos ha sido impuesto por los agentes imperiales nativos, que son quienes controlan la vigencia del dogma ideológico y el Sistema político resultante, el cual oficia como esclavizador del pueblo argentino (oficialistas, opositores, medios de comunicación y entidades culturales). Simultáneamente, es preciso recrear aceleradamente al “espíritu nacional gravemente enfermo, casi desaparecido” y reconstruir el “Poder Nacional”, que hoy es inexistente.

Toda acción que eluda poner en acto las tres precondiciones señaladas, no será otra cosa que la expresión de un “voluntarismo” sin sentido e inconducente, pura charlatanería vacía (entretenimiento para giles), que sólo servirá para encubrir y prolongar la dominación a la que está sometida la Nación Argentina - que aún no ha logrado fundar su Estado verdaderamente nacional – y mantener la situación de comodidad de millones de argentinos que, habiendo perdido la esencia de su identidad nacional, prefieren ser esclavos aburguesados antes que hombres celosos de su libertad e independencia.

Nadie, ningún país o potencia, hará por nosotros lo que los mismos argentinos no estamos dispuestos a realizar con nuestro propio esfuerzo, sacrificio, inteligencia y convicción. Este es el único camino que nos permitirá abrir la esperanza de que ¡Volveremos!

Buenos Aires, 2 de abril de 2015.

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LA TRAMPA ANGLO-NORTEAMERICANA DE MALVINAS (I) – Por Santiago Roque Alonso – Boletín CCP Nº 173 – Marzo 2012 – Ver articulo en formato .pdf

LA TRAMPA ANGLO-NORTEAMERICANA DE MALVINAS (II) – Por Santiago Roque Alonso y Javier LLorens– Boletín CCP Nº 184 – Marzo 2013 – Ver articulo en formato .pdf

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