Revisión de traducción: Santiago Roque Alonso
En la edición de 2012 de Occupy Money, la profesora Margrit Kennedy señala que un pasmoso 35% a 40% de todo lo que compramos va a los intereses. Estos intereses van a banqueros, financistas y tenedores de bonos, que se llevan una tajada del 35% al40% de nuestro PIB. Esto ayuda a explicar cómo la riqueza es transferida sistemáticamente desde Main Street a Wall Street. Los ricos se hacen progresivamente más ricos a costa de los pobres, no sólo por la “avaricia de Wall Street”, sino debido a las inexorables matemáticas de nuestro sistema bancario privado.
Este tributo oculto a los bancos aparece como una sorpresa para la mayoría de las personas, que piensan que si pagan sus cuentas de tarjetas de crédito a tiempo y no toman préstamos, no están pagando intereses. Esto, dice la doctora Kennedy, no es cierto. Comerciantes, proveedores, mayoristas y minoristas en toda la cadena de producción, dependen del crédito para pagar sus cuentas. Tienen que pagar mano de obra y materiales antes de obtener un producto para vender, y antes de que el comprador final pague por aquel 90 días después. Cada proveedor en la cadena añade intereses a sus costos de producción, que se transfieren al consumidor final.